feminismo radical

 feminismo radical

El feminismo radical, conocido también como radfem, es un movimiento que surge hacia la década de 1960. Al contrario de lo que se piensa, está bastante lejos del extremismo. Toma el nombre de radical por la palabra “raíz”, ya que se propone indagar en las raíces de la opresión a la mujer. Para este tipo de feminismo, la opresión “radica” en el ordenamiento sociopolítico y económico, del cual derivan también prácticas de discriminación como el racismo y el clasismo.

El feminismo radical ha sido enormemente incomprendido no sólo desde sectores antifeministas que lo asocian a la voluntad de someter a los hombres a la misma subyugación que a día de hoy vivimos las mujeres, sino también por parte de abanderadas del feminismo radical con la mochila cargada de transmisoginia y una capacidad de tergiversación de autoras y manipulación mediática que asustaría al mismísimo Goebbels. En este mar de desinformación, es preciso centrar los esfuerzos en divulgar los aportes del feminismo radical y refutar las malinterpretaciones que se han hecho de mismo. El feminismo radical ha hecho asimismo profundos análisis en aspectos como la cosificación sexual, la cultura de la violación y la manifestación de las relaciones de poder en la cama. En este escenario en el que las mujeres son vistas como objetos sexuales a los que se puede violentar, en el que los hombres ostentan el poder y en el que la división sexual del trabajo arroja a las mujeres a la precariedad, la prostitución no es contemplada por las feministas radicales como una decisión libre. Además, como señala Beatriz Gimeno, se ha analizado cómo la mera existencia de la prostitución hace que los hombres, ya sean consumidores de prostitución o no, crezcan en un entorno social en el que son conscientes que pueden tener acceso al cuerpo de una mujer por un determinado precio, afianzando más aún la cultura de la violación y cerrando el círculo vicioso patriarcal. La gestación subrogada supone un fenómeno similar de cosificación sexual y aprovechamiento de la mujer pobre, en el que se explota a la mujer en el lugar más respetable que el patriarcado reserva para ella: la maternidad. Maternidad y cuidados (sean remunerados o no) y prostitución son las dos caras de la misma moneda, o en palabras de Celia Amorós, “la dicotomía puta-santa”.
¿conoces otra caracteristica del feminismo radical? en la siguiente entrada estaré describiendo mi experiencia en el radfem y como esta rama cambió mi perspectiva de vida. 
fuente: https://www.pikaramagazine.com/2019/03/feminismo-radical-incomprendido/

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